¿Con qué Rey se identifica tu Empresa Familiar?
En las empresas familiares todos los sistemas requieren transformarse para que puedan convertirse en familias de empresarios. A continuación, damos a conocer las etapas de evolución por las que pasa normalmente un dueño y fundador de una Empresa Familiar, haciendo una comparación con los Reyes de la baraja española. Este modelo resulta de mi experiencia con muchos fundadores y dueños de empresas familiares que he tenido el privilegio de apoyar en la transformación de sus empresas.
El Rey de Espadas
Es el fundador, dueño y emprendedor que inicia y desarrolla su empresa, blandiendo su espada y ganando grandes batallas contra la falta de recursos, los costos, la mala calidad, los mercados, la competencia etc.
Este Rey de Espadas es todo un conquistador empresario; a través de muchos años de batallas, hace crecer el Reino (la empresa) con nuevos productos, nuevos mercados, nuevos negocios y buenos resultados. Muy ocupado conquistando nuevos territorios o nuevos Reinos, este Rey a veces se olvida de la familia y puede terminar con grandes Reinos, pero con una familia destruida y sin sucesores.
Algunas de las características de este Rey son: que él toma todas las decisiones, que es autoritario y la mayor parte del personal se reporta a él directamente, que la empresa no se mueve sin él; más que Director es operativo; llega un momento dentro de la empresa en que las actividades operativas lo rebasan, su empresa familiar empieza a declinar y puede desaparecer si no tiene sucesores formados que lo releven.
El Rey de Bastos
Cansado de conquistar Reinos y de ganar grandes batallas por muchos años, este Rey cambia su espada por un gran garrote y se convierte en el Rey de Bastos.
Se sienta ahora en el trono del reino que deja de crecer y lo cuida blandiendo su gran Basto; lo utiliza para mantener a raya a sus posibles sucesores y a sus colaboradores que se salen de la línea, y dice: “En este Reino (empresa) se hace las cosas como yo digo”. En este lapso el Rey cuida el trono, pero descuida el Reino y no evoluciona por no haber preparado sucesores.
Este Rey, en su ceguera de poder, muchas veces no puede vislumbrar su nueva etapa de transformación y sigue blandiendo su basto hasta llegar a la tumba. Al fallecer este Rey, el Reino se encuentra sin sucesores, está en grave peligro de desaparecer; los herederos entran en una lucha que termina repartiendo el Reino (rematando la empresa).
Un buen ejemplo de este Rey es el caso en donde el fundador, en su lecho de muerte, se niega a definir su sucesor, la sucesión patrimonial y su testamento; este rey, en su ceguera, empieza a cometer errores que ponen en grave peligro la empresa y aun así sigue blandiendo su Basto.
El Rey de Oros
Nadie le dijo al Rey de Bastos que podía evolucionar a Rey de Oros y a un nuevo papel, con el cual el Reino tendría un nuevo crecimiento.
El Rey de Oros es ahora el Abuelo Sabio, que pasa de Director General a Presidente de Consejo, y deja de operar la empresa que queda a cargo de un sucesor joven y preparado.
Este nuevo Rey deja el Trono, pero cuida el Reino desde lo alto del Consejo de Administración de la empresa familiar. El negocio y la familia necesitan de su experiencia y de su sabiduría que, combinada con la energía y las innovaciones de la nueva generación, harán que el Reino (la empresa) dé un salto cuántico.
Un buen ejemplo de este Rey de Oros es aquel fundador que, en los últimos años de su vida, es Presidente de Consejo en su empresa, asiste a las juntas mensuales impartiendo su sabiduría. Este Rey, además, cuenta con un Consejo de Administración sabio, en el cual participan consultores con gran experiencia que apoyan a la empresa para crecer y evitar los fracasos; recibe cuantiosas rentas de todos los negocios que manejan sus hijos, quienes ya son propietarios del cien por ciento de las acciones de la empresa. Este rey deja clara su sucesión y su testamento para evitarle problemas a su familia; parte de sus ocupaciones es apoyar a sus nietos en el emprendimiento de nuevos negocios del grupo. El resto de su tiempo lo utiliza en la gran ilusión de su vida: viajar por todo el mundo en un yate a su servicio, acompañado por sus amigos de toda la vida.
Es importante identificarte con las etapas que vive cada uno de estos reyes y aprovechar sus mejores características para que la empresa pueda seguir evolucionando; en muchas ocasiones el Rey se pierde en el Trono y su poder, y se olvida de asegurar el crecimiento y continuidad del reino a través de sucesores preparados.